martes, 5 de marzo de 2013

En precarias condiciones pasan clases alumnos del Máximo Novillo en Warnes


Los padres de familias de esta unidad educativa improvisaron ambientes para que sus hijos pasen clases ante la falta de aulas.
REALIDAD. Niños del kínder pasan clases en pasillos y otros en aulas de motacú


CHOSAS. Estudiantes de primaria pasan clases en aulas de motacú




Yhasmany Mayán
L
a reestructuración en el sistema educativo hasta el momento solo sirvió para desnudar una realidad crítica en cuanto a infraestructura en el municipio de Warnes ya que se pudo evidenciar desde el primer día de clases muchos reclamos por falta de aulas, cupos para inscribir a los estudiantes entre otros.
La imagen en la que se ve a niños pasando clases en aulas fabricadas de hojas de motacú “chosas” en la unidad educativa Maximo Novillo, en la urbanización Integración del Norte II, nos hace creer que todavía transitamos por la década de los sesenta en donde era común apreciar este tipo de construcciones por la pobreza que surcaba nuestro país.
Además de esto también se evidenció que en esta unidad educativa (Maximo Novillo) los niños que están en el kínder pasan clases en los corredores y en casas particulares.
Ante esta situación los padres de familia cansados y molestos por la ausencia de las autoridades para atender sus necesidades, decidieron hacer público esta realidad que se tapaba en complicidad con algunos malos dirigentes de la zona  y de dicho centro educativo.
El pedido de los padres de familia es; que sus hijos dejen de pasar clases en condiciones deplorables.
PASILLO. Los niños del kinder pasan clases casí en la intemperie
El transito amargo no terminó cuando dichos padres de familia deciden protestar por esta magra situación ya que el disgusto continuó cuando se dirigieron hasta la Alcaldía en busca de una explicación de parte del Alcalde (Mario Cronembold) sin embargo las puertas del edificio municipal les cerraron además del resguardo policial como si se tratase de una turba de delincuentes que estaban por ingresar.
Luego, una vez más los compromisos surgieron para calmar esa hambre de necesidades de aquellos padres que tienen que sacar de sus diezmados recursos para costear los sueldos de los maestros y financiar construcciones de aulas como si se tratara de su responsabilidad.